domingo, 14 de octubre de 2012

Educar con el ejemplo

Como especie animal que somos, aprendemos por imitación. El ejemplo que recibimos de nuestros padres, nuestros familiares, o nuestros profesores no pueden influir igual o más que cualquier material educativo o cualquier asignatura.
Por ello, a mí me gusta contar de vez en cuando (normalmente en alguna clase o tutoría, una al año, no más) mi caso personal: desde 1998 formo parte de la Fundación La Semilla. Nos encargamos de poner en marcha obras de teatro solidario, es decir: hacemos todo el proceso de producción de obras de teatro en las que la entrada es gratuita, pero donde el teatro es una excusa y un entretenimiento para intentar concienciar a la gente de la importancia de la ayuda a los demás y les invitamos a dejar donativos para proyectos concretos.
A lo largo de los años hemos colaborado con diversos proyectos tanto de España como de fuera: campamentos urbanos con niños sin recursos, ayuda a la compra de un tractor en El Salvador, pozos en distintos sitios, becas educativas en centros de África...
En todos los casos, garantizamos que el dinero llega a esos proyectos, y a la entrada de las obras de teatro los espectadores pueden ver fotos de otros montajes anteriores (nuestra historia teatral) y de los proyectos a los que se ayudó en cada uno de los casos (nuestra historia solidaria), con fotos que nos han hecho llegar desde esos proyectos.
A los chicos les suele sorprender que destine las tardes de los sábados para ensayar y preparar estas obras de teatro, y que llegado el momento de las representaciones "no tenga tiempo libre" (que esté los sábados y domingo en la puesta en marcha y las actuaciones).
Muchos de mis alumnos han visto algunas de las obras, se ha sorprendido con el resultado (sobre todo cuando son obras musicales, que la voz es en directo), con la de dinero que la gente dejaba... y luego me han preguntado por los proyectos después del tiempo, si había fotos de dónde fue su dinero.
Este año repetimos obra de teatro: tras el curso 2011-12 con una texto original, Quiero ser como tú, volvemos al ataque con el mismo texto. Como ventaja, nos ahorramos muchos ensayos, puesto que ya lo conocemos, y también nos ahorramos los decorados y vestuarios, que los tenemos del curso pasado.
Desde aquí os invito a todos a participar, a contárselo a vuestros alumnos, a utilizar esta experiencia como ejemplo de solidaridad compartida. Nosotros damos nuestro tiempo para reunir donativos que ayudan a los que más lo necesitan.

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